miércoles, 28 de octubre de 2009

Policiales: Trece años al jubilado que mató a un kayakista en el Paraná Viejo

Gualeguay.— Un jubilado de 73 años fue encontrado culpable de asesinato intencional y condenado a 13 años de prisión por el crimen de Ariel Pasquini, el kayakista que murió en febrero pasado al recibir un escopetazo en la espalda, en medio de una disputa de la que era ajeno, ocurrida en un paraje isleño frente a Rosario.
Para la Cámara del Crimen de Gualeguay quedó en claro que Francisco Mateo Alvarez —un hombre sin antecedentes penales— no tuvo voluntad de asesinar a Ariel Pasquini. Pero sí tuvo intención de matar aunque el destinatario del escopetazo no fuera el navegante de 31 años, sino dos hermanos de apellido Casal, con quienes Alvarez mantenía un prolongado conflicto por la posesión de unas tierras en la isla.
"Nuestro argumento, que los jueces del tribunal reconocieron, es que Alvarez se representó y ejecutó la idea de dar muerte. Dirigió voluntariamente su arma hacia una persona. No sabía que era Ariel Pasquini, pero tiró a matar a un ser humano y obtuvo ese resultado", dijo ayer a La Capital Jorge Bracesco, abogado querellante. La condena fijada tiene el rasgo particular de que supera al pedido de la acusación: el fiscal Dardo Tortul había requerido 11 años de prisión para el imputado.
Actualmente Alvarez cumple prisión preventiva en su domicilio en Rosario. Pero el fallo conocido ayer dispone que cuando la sentencia quede firme deberá ser alojado en una cárcel común. El lugar indicado es la unidad penitenciaria Nº 7 de Gualeguay. La defensa del jubilado, que había pedido su absolución por considerar que la muerte de Pasquini fue accidental, anunció que apelará la sentencia.
La historia. Alvarez llegó al juicio en libertad porque el juez que instruyó la causa, tras imponerle algunas condiciones como someterse a un tratamiento psiquiátrico y presentarse regularmente ante Prefectura Naval, consideró que no intentaría evadirse. También le impuso una fianza de 3.500 pesos.
Ariel Pasquini tenía 31 años y era un apasionado del kayak. El 14 de febrero pasado, junto con su novia, disfrutaba de un día de sol en un paraje a la altura del kilómetro 423 del Paraná Viejo, frente a Rosario. Cerca de las 15 de ese día se desencadenó una violenta discusión entre Alvarez y los hermanos Leonardo y Emiliano Casal, también rosarinos y asiduos concurrentes a esa parte de las islas entrerrianas.
El conflicto entre Alvarez y los Casal, según quedó demostrado en el expediente, había arrancado en 2006 y se focalizó en la demarcación de los terrenos que ambos ocupaban. Los hermanos aseguraban que Alvarez había avanzado más de medio metro sobre sus parcelas. Antes del crimen hubo un incidente que terminó en una denuncia por presunta usurpación radicada por los Casal en la comisaría de la localidad entrerriana de El Charigüé.
Los Casal y Alvarez discutieron. El jubilado, que compartía un asado con dos amigos, recogió un machete y se lanzó sobre los Casal, a quienes no logró lastimar. La instrucción del caso definió que Alvarez volvió sobre sus pasos y retrocedió hacia su bote, que estaba posado sobre la orilla. Así empuñó una escopeta calibre 20 y regresó en busca de sus contrincantes.
De rebote. En ese momento, Pasquini se acercó para ver qué ocurría porque conocía a los Casal. Fue entonces cuando vio venir a Alvarez avanzando con el arma de fuego mientras quienes observaban la escena salieron corriendo.
Alvarez gatilló y un proyectil atravesó la espalda de Pasquini. El agresor fue dominado por varias personas y entregado a efectivos de Prefectura Naval que patrullaban por el lugar. El kayakista fue trasladado en lancha hacia la ribera rosarina y de allí fue derivado al Hospital Clemente Alvarez, donde murió poco después.
Ayer a las 8 en la Cámara del Crimen de Gualeguay, a 180 kilómetros de Rosario, un secretario leyó la sentencia firmada por los integrantes del tribunal —Rolando Cirigliano, Edgardo Garibotti y Jorge Torres— condenando a 13 años a Alvarez por homicidio simple y agresión con arma.
La defensa había planteado el carácter accidental de la muerte de Pasquini dado que el jubilado dijo no conocer a la víctima y que no la vio al momento del hecho. Los jueces refutaron el argumento: pusieron énfasis en que hubo propósito homicida dirigido a una persona y que ello acarreó la muerte del kayakista.-

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