miércoles, 7 de octubre de 2009

Joven puso fin a una relación y mató a su novia...


Con más de una docena de disparos calibre 9 milímetros, y enceguecido por la furia que sólo despiertan los celos, Mario Alberto Garay le puso punto final a la historia de amor que vivió el último año con Florencia Sandoval, una relación desgastada por la presunta relación que ella había encarado con otro hombre. El crimen ocurrió en una fiambrería ubicada en el centro de Villa Gobernador Gálvez, a una cuadra de la comisaría 29ª, lugar en el cual la chica trabajaba. Hasta allí llegó Garay, empleado de una agencia de seguridad, empuñando una pistola Bersa Thunder. Primero les ordenó a dos compañeras de Florencia que se tiraran al piso y después le exigió a ella que lo acompañara a un depósito contiguo. Ahí, sin piedad y sin mediar palabras, le vació el cargador del arma.

Tras ejecutar a la joven, Garay salió del local. En la puerta se cruzó con dos clientas a las que les pidió que se fueran porque estaba haciendo un "operativo de control". Caminó unos 50 metros, sin prisa y con aplomo. Guardó el arma en su 4 x 4 y retornó a su trabajo, de donde había salido "un rato para hablar con mi novia", según dijo.

Florencia Corvalán, de 29 años, estaba separada y tenía una nena de 7 años. Juntas vivían en el barrio Stolfi, un sector de clase media de Villa Diego, por cuyas calles se la veía junto a Mario Garay, de 34 años, afincado en la misma zona y no bien visto por los vecinos.

Horror. "Decime que está viva", rogaba ahogada en lágrimas Susana, la mamá de Florencia, al policía que estaba de consigna frente a la puerta de la fiambrería "La Fábrica", en Eva Perón y Garay, donde hasta ayer trabajó su hija y donde su novio la asesinó a tiros. "Está muerta, está muerta", fue el grito de la mujer que desgarró la mañana y confirmó ante los curiosos lo que ya se comentaba. "¿No me diga que es Florencia, la hija de Susana, los Corvalán?", preguntó a viva voz una de las vecinas que se acercó a ver qué había pasado. El grito de Susana sirvió como disparador para que la hija de Florencia, de7 años, masticara la peor noticia que escuchará en mucho tiempo.

En Garay y Eva Perón, a tres cuadras de la Plaza de las Madres y a una de la casa del intendente, según contó un vecino villagalvense en tono de baqueano, funciona una de las tres sucursales de "La Fábrica". Florencia era una de las tres empleadas de la fiambrería y, según dijo un vecino, "trabajaba más que todo por la tarde, como apoyo, porque a las chicas las rotan mucho".

Florencia supo estar en pareja y de esa relación tuvo a su única hija. Según las voces de la cuadra, la mujer se separó hace un par de años. Tras ello inició la relación con Mario Garay, a quien sus vecinos no veían con buenos ojos. "Todos le decíamos: «¿Cómo podés andar con ese? No ves que es un loquito»", contó un hombre que hizo guardia frente al comercio hasta que el cuerpo de Florencia fue cargado en la mortera.

Garay despertaba en la barriada más odios que amores. "Andaba todo el tiempo en su 4 x 4 con la música bien alta. El pasaba y el reggaeton te hacía vibrar los vidrios", contó una vieja vecina. "Mirá, es de esos tipos que lo ves caminar y sabés que puede hacer una cagada. Una gran cagada", reflexionó otro habitante de Stolfi.

Empleado de seguridad. Garay trabajaba en una empresa de seguridad privada que custodia el local que la financiera Finansol tiene frente a la Plaza de las Madres, a unos 40 metros de la sucursal de Confina donde en junio pasado fue asesinado el cabo Marcos Zanuttini. Según pudo conocerse, también tenía un ingreso extra desempeñándose como patovica en un boliche de Pueblo Esther, rubro al que llegó, entre otras cosas, por tener 1,90 metro de altura y 110 kilos de peso.

Según pudo reconstruirse, Garay fue a trabajar ayer a la mañana al local de Finansol. Cerca de las 9 se subió a su Nissan Pathfinder, dominio BPI953, y circuló las tres cuadras que lo separaban del gimnasio Juventus, en el club Sociedad Recreativa, donde realizaba ejercicios de musculación. Ahí se había ganado el apodo de Demonio rojo, "porque era el único que se reía de un chiste malo", recordó uno de sus compañeros. "Pasó a saludar. Estaba bien, tranquilo. Me dijo que iba a ir a hablar con la novia", recordó Gustavo, profesor del gimnasio. Tras ello, caminó unos 50 metros hasta la fiambrería. Vestía el uniforme de la empresa de seguridad.

Sin palabras. Garay entró al local donde estaban Florencia y sus dos compañeras de trabajo. "Todavía hay que recostruir de qué manera llevó a la joven hasta el depósito del negocio", precisó la fiscal Graciela Argüelles, quien junto a la jueza de Instrucción Alejandra Rodenas se constituyeron en la escena del crimen. El hombre les ordenó a las otras empleadas que se tiraran al piso y entró con su novia a un garaje reformado que funciona como depósito del comercio.

"Se escucharon varios tiros. Primero pensé que eran los obreros que están trabajando en el tendido de las cloacas en el barrio. Era como si alguien golpeara una chapa con un fierro", recordó Mabel, una clienta que llegó al negocio después del crimen. Los pesquisas indicaron que el cuerpo de Florencia recibió "entre 12 y 16 disparos", aunque resaltaron que hay que aguardar la autopsia para determinar si todos los orificios que presentaba el cuerpo eran de entrada de balas.

"Todo hace prever que le hizo un primer disparo y la mujer quiso protegerse con el brazo. Ella se cayó y él le siguió disparando en el piso. La remató. La gran mayoría de los impactos los tenía de la cintura para arriba", explicó un vocero. Culminada la atroz faena, Garay se fue del lugar. Cuando estaba saliendo se topó con dos clientas que entraban a hacer compras.

"Yo escuché los disparos, pero no les di importancia. Estaba en la casa de una amiga y me crucé a la fiambrería a hacer las compras. Cuando entraba nos cruzamos con este tipo, que tenía un arma en la mano. Pensé: «Este debe estar buscando a los choros de los tiros». Nos miró y nos dijo: «Señoras, vayánse que esto es un operativo». Y nosotros nos fuimos", recordó Mabel, una vecina del lugar.

En tanto, Garay salió a la vereda y caminó hasta donde había dejado estacionada la camioneta. "Lo vi salir de la fiambrería con la pistola en la mano. Iba caminando como si nada, tranquilo. Llegó a la 4 x 4, abrió el baúl, dejó algo, se subió y se fue. Así, lo más tranquilo", indicó otra mujer del barrio.

De ahí se marchó de nuevo a su trabajo, donde efectivos de la comisaría 29ª lo detuvieron poco después. Los agentes que lo apresaron lo escucharon decir: "Hice esto porque la quería sacar de la drogas". Es que, de acuerdo a fuentes tribunalicias, "la relación entre Mario y Florencia estaba terminada y ella había comenzado una nueva relación con un hombre del que Garay sospechaba que era vendedor de drogas".

Registrada

Mario Garay asesinó a Florencia Corvalán con una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros de su propiedad. "Tiene el arma registrada, pero no tiene portación", explicó un vocero de la pesquisa. Y sostuvo que cuando la secuestraron, el arma tenía su cargador para 16 propyectiles totalmente vacío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario