jueves, 22 de octubre de 2009

Policiales:Murió el muchacho atacado a tiros hace 12 días en un semáforo

Pablo Martín Gómez, el hincha de Newell’s Old Boys baleado la noche del viernes 9 de octubre en la esquina de Ovidio Lagos y pasaje Monroe, falleció el martes por la tarde en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez tras doce días de agonía. El muchacho, de 29 años, había recibido cuatro balazos calibre 9 milímetros en un hecho que para la policía tuvo una mecánica mafiosa. Lo atacaron cuando detuvo su auto en un semáforo. Entonces, un motociclista se le acercó y le gatilló a quemarropa. La principal hipótesis para los investigadores es la de "un ajuste de cuentas entre barrabravas", explicó un vocero allegado a la causa. Y para sustentarlo recordó que Gómez había integrado la barra rojinegra liderada hasta diciembre del año pasado por el actualmente detenido Roberto Pimpi Camino.
"Es un hecho complejo de investigar porque en el entorno de la víctima hay un marcado hermetismo", comentó uno de los pesquisas que trabajan el caso, investigado por la jueza de Instrucción de Alejandra Rodenas. Casualmente, esta misma magistrada investigó otras causas resonantes ligadas al mundillo rojinegro. Una, la balacera que el 13 de noviembre del año pasado dejó cuadripléjico a Mariano Vaccaro, cuñado de Diego Ochoa, quien es apuntado como el nuevo líder de la hinchada leprosa. Otra, el copamiento a la sede de Newell’s ocurrido en enero último por la barra de Pimpi en un intento por retomar el poder perdido.
Ataque certero. "Me encontraron y me la pusieron. Me duele la panza, me pusieron un tiro". Esas frases alcanzó a decir Pablo Gómez en los dos llamados telefónicos que pudo hacer tras ser baleado el viernes 9 de octubre, momentos después de haberse detenido con su Ford Fiesta en el semáforo de Ovidio Lagos y la cortada Monroe, a seis cuadras de su casa de San Luis al 2800. Casi en paralelo, una moto de baja cilindrada se le puso a la par. El acompañante se bajo del rodado, se colocó por delante de Gómez y jaló el gatillo cuatro veces. Luego subió nuevamente a la moto y huyó hacia el sur.
En el lugar del ataque quedaron varias vainas servidas calibre 9 milímetros. Mortalmente herido, Gómez bajó del auto, caminó hacia la vereda y realizó los llamados a dos mujeres muy cercanas a sus afectos. Agonizó doce días y el martes murió en el Heca.
En la calle se habla de un homicidio "sellado". Los investigadores que trabajan el caso se quejan, por lo bajo, del hermetismo de la familia de Gómez. Allegados a la nueva conducción de la barra brava leprosa, hombres que están en la mira ya que Gómez era un hombre cercano a Pimpi Camino, deslindaron una posible responsabilidad sobre el hecho. "No sabemos nada sobre lo que le pasó a este muchacho y tampoco era un nombre pesado en la banda de Pimpi", relató un hombre tras pedir absoluta reserva de su identidad.
"Pablo Gómez: amigo de Pimpi, gran aficionado a la cumbia y la bailanta, de su refinada imaginación surgen los poemas que canta la hinchada". Así, en febrero pasado, fue definido el muchacho asesinado en una página web que denunciaba el accionar de la barra de Camino. Gómez tenía 29 años y un físico portentoso: 1.85 metro y 110 kilos. Trabajaba en un taller mecánico y había cursado sus estudios en escuela número 83 Juan Arzeno y en la de Enseñanza Media 404, Lisandro de la Torre.-

Fuente: www.lacapital.com.ar

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