Mario Alberto Garay, el empleado de seguridad privada señalado como el asesino de Florencia Corvalán, será indagado hoy por la jueza de Instrucción Alejandra Rodenas. Garay está acusado de haber asesinado a quien fuera su novia de 16 balazos, en una fiambrería del centro de Villa Gobernador Gálvez donde la chica trabajaba. "En una evaluación preliminar, uno se inclinaría a pensar que aquí subyace una relación afectiva que podría explicar la acción de este hombre", sostuvo la jueza.
Además pudo saberse que tras cometer el crimen, Garay, de 36 años, se fue hacia su trabajo en el local de Finansol, ubicado frente a la plaza a la Madre, y trató de quitarse la vida. El incidente fue narrado por un lector, quien envió un mail a LaCapital, y confirmado por fuentes de la causa. "Le dijo a un amigo que quería hablar con él. Le pidió si podía llevarle la chata. Le dio las llaves y el celular. Le pidió un vaso de agua y cuando se lo trajo, el loco se quiso suicidar. Se puso el arma en la cabeza y apretó el gatillo tres veces. Y la bala no salió", explicó el lector, cuya identidad se preserva. "Cuando quiso volver a cargar su arma, el amigo y otros empleados forcejearon y se la quitaron", indicó el mail.
Mañana de terror. Con el correr de las horas van surgiendo detalles de lo que fue una mañana de horror el martes en la fiambrería "La Fábrica", de Eva Perón y Garay, en Villa Diego. En ese lugar trabajaba Florencia Corvalán, una mujer de 24 años, separada y madre de una nena de 7 años.
Según pudo reconstruirse, el martes a las 8, Garay entró a trabajar en el local de Finansol. Media hora después salió de la financiera y se subió a su camioneta Nissan Pathfinder. Manejó unos 400 metros y se estacionó en la puerta del gimnasio que funciona en el club Sociedad Recreativa, en Garay 2246. Entró al lugar y saludó a varias personas. "Voy a hablar con mi novia", le dijo a su profesor, Gustavo, y se fue caminando.
Los pesquisas consultados indicaron que la fiambrería abrió poco después de las 9. En el lugar había tres empleadas, una de ellas era Florencia. Tras caminar los 50 metros que separan al gimnasio de La Fábrica, el hombre entró al negocio. Les dijo a las dos compañeras de Florencia que se tiraran al suelo y se llevó a la chica hacia un depósito. Luego se escucharon varias detonaciones. Al irse, dijo a las empleadas: "No me busquen porque me voy a matar".
Cargador vacío.Sobre el piso de mosaicos del depósito quedó tendido el cuerpo acribillado a balazos de Florencia. "Tenía 16 impactos de entrada y uno de salida", confió ayer un vocero cercano al Instituto Médico Legal, donde se realizó la autopsia del cuerpo.
"Esto nos pone en un escenario complejo a la hora de determinar los móviles, las características del hecho, porque no es un crimen común", analizó la magistrada.
Para asesinar a Florencia, Garay utilizó una pistola Bersa Thunder 9 milímetros con un cargador de 17 proyectiles más uno en recámara. Un arma de guerra, de uso civil condicional, "con papeles en regla para la tenencia, pero no para la portación", precisó un investigador. Voceros consultados indicaron que Garay sólo dejó de disparar para cambiar de cargador. Lo que indica que no los tenía completos. Y que posteriormente se quedó sin balas a la hora de intentar suicidarse.
Fuente:www.lacapital.com.ar
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